BIBLIOTECA ITINERANTE & TIENDA ONLINE DE FOTOLIBROS LATINOAMERICANOS | Un proyecto de Laura Lavergne

Mi carrito (0)

  • Título del libro: Raúl Cañibano
  • Autor/a: Raúl Cañibano
  • Textos: Willy Castellanos Simons y Adriana herrera Téllez
  • Año: 2012
  • Editorial: La Fábrica
  • Medidas: 13x18 cm

La fotografía antropocéntrica de Cañibano capta a niños, adolescentes, ancianos o travestis de La Habana y de las zonas rurales en las que se crió. De la capital cubana, a Cañibano le interesa su arquitectura, en tanto que dialoga con el ser humano, y los imprevisibles escenarios de la calle, los interiores en penumbra o el omnipresente malecón.


Su lente voyeur recorre "la ciudad con más ventanas abiertas" alimentándose de la pose y el juego teatral tan propio de los cubanos. Por el contrario, de la tierra guajira donde pasó parte de su infancia toma la polémica de la ritualidad diaria del guajiro y la estrecha relación que establece con el entorno y la naturaleza. En el campo, el fotógrafo mira la realidad con los ojos del niño que fue, y que de un modo un tanto autobiográfico le devuelve la inocencia.


Aunque tanto las imágenes urbanas como las rurales documentan en su mayoría momentos de ocio, en las de La Habana se percibe una atmósfera de aislamiento y fragmentación, mientras que en el campo predomina una unidad interior que proyecta un mundo apacible, sin sobresaltos.


Así, Cañibano establece un contrapunto revelador del binomio ciudad-campo tanto a nivel estético como sociológico. Series como Ocaso, Fe por San Lázaro, Ciudad, Malecón habanero.Tierra guajira, Parrandas o Travestis "ensanchan el espectro de la imagen documental rescatando las infinitas expresiones de la relación individual con los otros, sin distinguir fronteras entre espacios públicos y privados".

  • Título del libro: Raúl Cañibano
  • Autor/a: Raúl Cañibano
  • Textos: Willy Castellanos Simons y Adriana herrera Téllez
  • Año: 2012
  • Editorial: La Fábrica
  • Medidas: 13x18 cm

La fotografía antropocéntrica de Cañibano capta a niños, adolescentes, ancianos o travestis de La Habana y de las zonas rurales en las que se crió. De la capital cubana, a Cañibano le interesa su arquitectura, en tanto que dialoga con el ser humano, y los imprevisibles escenarios de la calle, los interiores en penumbra o el omnipresente malecón.


Su lente voyeur recorre "la ciudad con más ventanas abiertas" alimentándose de la pose y el juego teatral tan propio de los cubanos. Por el contrario, de la tierra guajira donde pasó parte de su infancia toma la polémica de la ritualidad diaria del guajiro y la estrecha relación que establece con el entorno y la naturaleza. En el campo, el fotógrafo mira la realidad con los ojos del niño que fue, y que de un modo un tanto autobiográfico le devuelve la inocencia.


Aunque tanto las imágenes urbanas como las rurales documentan en su mayoría momentos de ocio, en las de La Habana se percibe una atmósfera de aislamiento y fragmentación, mientras que en el campo predomina una unidad interior que proyecta un mundo apacible, sin sobresaltos.


Así, Cañibano establece un contrapunto revelador del binomio ciudad-campo tanto a nivel estético como sociológico. Series como Ocaso, Fe por San Lázaro, Ciudad, Malecón habanero.Tierra guajira, Parrandas o Travestis "ensanchan el espectro de la imagen documental rescatando las infinitas expresiones de la relación individual con los otros, sin distinguir fronteras entre espacios públicos y privados".

Mi carrito